Para determinar un buen tratamiento, es imprescindible identificar en primer lugar si se trata de una faringitis aguda o crónica.
En el caso de la faringitis aguda, nunca se podrán tomar antibióticos ya que la inflamación está causada por un virus. En consecuencia, el tratamiento estará enfocado a reducir el dolor de garganta. Algunos remedios caseros son bastante eficaces en este caso, tales como: enjuagues bucales, compresas frías en la garganta o las pastillas para chupar con efecto analgésico.
En cambio si lo que se padece es una faringitis crónica es importante determinar si el agente causante es el tabaco o el alcohol
y a continuación evitar el contacto con lo que provocó la inflamación para que el tratamiento pueda tener éxito. Son eficaces todas aquellas medidas que mantenga libres las vías respiratorias:
- Inhalaciones con manzanillas.
- Utilizar humectadores para mantener el ambiente húmedo.
- Pastillas de chupar.
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