Prostatitis

Esta enfermedad alude a la inflamación de la próstata y a un conjunto de síndromes que presentan una serie de síntomas determinados, siendo muchas veces desconocida su etiología.

Su aparición suele darse en adultos jóvenes o de edad media. Va acompañada, generalmente, de una infección urinaria.

Para conseguir llegar a su diagnóstico, se realiza un análisis de sangre, de orina y un tacto rectal de la próstata con finalidad de proporcionarle un masaje y así conseguir obtener secreciones de esta glándula. También se realiza una ecografía transrectal de próstata y en casos ya más excepcionales, se recurre a una biopsia, un TAC o una RMN.

Los tres tipos más importantes son:

Prostatitis aguda: Su origen es bacteriano, siendo bastante frecuente, fácil de diagnosticar y que responde bien al tratamiento.

En esta es frecuente encontrar piuria, bacteriuria y hematuria. Al realizar el tacto rectal, la próstata está blanda, dolorosa y congestiva; pudiendo aparecer exudado purulento por el meato uretral. Es necesario evitar el contacto violento con la zona anal por la posibilidad de una sepsis. 

La prostatitis aguda bacteriana puede estar originada por una enfermedad de transmisión sexual, aunque también es muy frecuente en los pacientes con hiperplasia benigna  de próstata tras una infección urinaria.

 

Prostatitis crónica bacteriana: Se caracteriza por síntomas que tienen un inicio insidioso. 

Muchos pacientes refieren chorro miccional fino y goteo postmiccional, dolor vago impreciso y sensación de frialdad peritoneal. La localización típica es en el periné profundo, áreas inguinales, suprapúbico, escroto y pene.

Al tacto rectal aparece una próstata blanda o fibrótica, a veces con cierta crepitación y consistencia granular.

Prostatitis crónica abacteriana y prostatodinia: La prostatitis abacteriana está identificada por la presencia de polimorfonucleares en la secreción prostática visualizados al microscopio con cultivos positivos. Cuando no se presentan ni polimorfonucleares ni el cultivo es positivo, se dice que es abacteriana y prostatodinia.

 

Algunos autores creen que este trastorno está relacionado con una mialgia por tensión del suelo pelviano, dependiente de un estímulo simpático mientras que otros lo denominan el síndrome de la vejiga ansiosa, ya que afecta a varones excesivamente ansiosos.