Los más frecuentes son el lagrimeo, la acumulación de secreción purulenta y la formación de costra en la zona palpebral. También puede haber enrojecimiento y frotación por el goteo de lágrimas, de forma constante o intermitente, y la secreción.
La zona del saco lagrimal está roja, hinchada y dolorosa, y puede haber signos de infección como fiebre e irritabilidad.
Además se produce el enrojecimiento, abultamiento o inflamación del lado de la nariz cerca de la esquina interna del ojo.
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