Los síntomas de la otitis se inician con la sensación de taponamiento auricular, autofonía (escucharse a sí mismo) y leve pérdida auditiva. En una fase aguda de la enfermedad, uno de los síntomas más claros es el dolor de oído denominado otalgia. Esta patología también se acompaña de fiebre e irritabilidad. En algunos casos se puede producir una supuración (salida de líquido por el conducto auditivo externo); vértigo, debido a la baja presión del oído medio; y raras veces parálisis facial. En una otitis crónica, la pérdida de audición puede ser el único síntoma.
La otitis afecta a todas las edades pero tiene una incidencia mucho más alta en niños de 0 a 7 años, afectando al 70% de estos. Es unas de las causas más influyentes en la pérdida de audición infantil.
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