Las causas varían en función del tipo. En una iritis aguda que aparece en un solo ojo pero pudiendo alternar en diferentes episodios, se asocia con frecuencia a espondioartropatías. Cuando la iritis es crónica sucediendo siempre en el mismo ojo, se debe descartar primeramente el virus del herpes entre unas de las principales causas.
Una iritis crónica, es un proceso más grave porque a menudo el ojo no presenta enrojecimiento. Puede haber secuelas en el momento del diagnóstico asociadas a enfermedades reumáticas de la infancia como puede ser la artritis idiopática juvenil.
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