- Malestar general, cansancio y falta de concentración.
- Febrículas o fiebre de hasta 39 ºC.
- Dolor de cabeza.
- Dolor articular y muscular.
- Falta de apetito, vómitos o diarreas.
Tras éstos síntomas más generales, comienzan otros más específicos que empiezan a ofrecer pistas sobre el origen de la patología:
- Ictericia (color amarillento de la piel o los ojos).
- Orina de color oscuro y heces decoloradas o teñidas, como consecuencia de un trastorno en la circulación hepática.
- Mal aliento, sabor amargo en la boca.
- Picor.
- Cirrosis, fibrosis del tejido hepático
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