El objetivo del tratamiento es eliminar la infección y reducir el daño a los tejidos circundantes, y éste se basa en los antibióticos y el tratamiento quirúrgico.
El antibiótico mata la bacteria que produce la infección.
El tratamiento quirúrgico es necesario para limpiar el hueso infectado o bien eliminar el hueso muerto.
En cuanto al tratamiento antibiótico es necesario un tratamiento con dosis elevadas de antibióticos, pues puede ser muy difícil que este llegue bien al hueso infectado. Por lo tanto, por este motivo se suelen administrar por vía endovenosa .
La duración del antibiótico depende de la extensión de la infección, la respuesta clínica o la presencia de factores de riesgo o patología asociada; generalmente es de 3 a 6 semanas
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