La terapia básica para el tratamiento es el reposo total y la la elaboración de una dieta baja en sal; generalmente combinado con antibióticos y fármacos diuréticos: furosemida (seguril) y espironolactona (aldactone); para ayudar a los riñones a eliminar más líquido por la orina; recetados por el médico.
Algunos de los tratamientos más sencillos para la acumulación de líquidos, pueden incluir: cambios en el estilo de vida, reducir sal en la dieta y disminuir la ingesta de líquidos.
Si la ascitis dificulta la respiración o la alimentación se puede efectuar una técnica llamada paracentesis terapéutica, para extraer líquido de la cavidad peritoneal. El objetivo no es hacer desaparecer el líquido del peritoneo sino hacer que su presencia sea compatible con una buena calidad de vida y se realiza con la insercción de un tubo. Para más información ver el siguiente vídeo.
Otra técnica es la colocación de un tubo especial o derivación dentro del abdomen (TIPS) para reparar el flujo de sangre hacia el hígado.
Las personas con enfermedad hepática terminal pueden necesitar un trasplante de hígado.
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